JAULA POÉTICA
Los boliches están vacíos,
sólo una sombra camina por los pasillos.
Se cierra el día inexorable,
el borrador de conciencias nocturnas
huye por las cornisas,
techos mudos y mojados.
En la tarde,
llovió a baldes
es decir a montones.
Por la calle del tiempo
vuela el polvo del olvido,
azotado por el látigo
lento y doloroso de las horas.
Todo seguirá en su lugar,
los libros ahogados en sus tintas,
ríos de letras oxidadas
de cobrizos colores.
Las palabras son testigos,
poesía eficaz eternamente
verbos conjugados a sol y luna
metáforas,
imágenes ciegas,
escritas sobre mesas chuecas.
Dócil, frágil, volátil,
como una hoja seca
acariciada por el viento.
Estás encerrado,
en tú jaula de papel,
viviendo la soledad del pétalo
como un grano
en un reloj de arena.
PASOS…
Iluminado por un golpe de luz,
el rocío cuajado en las hojas
de un bosque tupido de libros.
La noche,
huye por las murallas citadinas
mientras un aullido desgarra
el tono fraternal
del canto del viento.
Surge la multitud húmeda,
desaliñada,
de memoria esquiva
dando pasos…
entre brumas y soledades.
Con ella,
un manojo de pretextos
guiados,
por miradas de granito
glaciales metáforas de piedra.
Rostros perdidos en el abismo
del nomeimportanada.
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